Retórica del Lobo

   Hay miedos que se esfuman solo con nombrarlos, dejando apenas un rastro tenue. Otros, se agarran a las vísceras del alma y resultan muy difíciles de extirpar. El miedo al miedo es, tal vez, más común de lo que pensamos, pero el peor de todos —continuó él, acercándose aún más a una Caperucita confiada en sus palabras— es el que desaparece por completo.
  

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